31 mayo 2012

Nada sacia la necesidad de compra




Hace alrededor de 5 años un producto innovador ganó un concurso de diseño sustentable: "Nada". El producto tenía ese nombre "Nada: Para la persona que lo tiene todo". Pareciera una broma, pero es un producto real que pueden comprar en Amazon.

A pesar de que para nosotros, países tercermundistas, la idea nos puede parecer absurda, no lo es tanto, ya que cada día nos encontramos frente a personas que básicamente lo tienen todo, pero que esperan recibir un regalo por su cumpleaños, navidad o por algún festejo de ese tipo.

Hace unos días me acordé de esto, ya que mi sobrino tiene una cuenta en el "Club Penguin", que es básicamente un sitio de Disney donde los niños pueden interaccionar con otros niños, en un ambiente protegido y con múltiples juegos.

Mi sobrino estaba pidiendo dinero a mi hermana para comprar un disfraz para su Avatar.

A mi me pareció intrínsecamente aberrante el acto.

"Si vas a gastar plata en tonterías que por lo menos sean tonterías reales y no virtuales" - dijo el tío aguafiestas.

Pero pronto me quedé pensando profundamente. Ya que gran parte de los problemas de la sociedad de consumo actual, y del fracaso del modelo económico, tiene que ver con el hecho de que la economía había planeado en que en la medida de que satisfacemos nuestras necesidades básicas el consumo disminuiría. Es decir, solo se debe fomentar el consumo como una forma de satisfacer las necesidades primordiales del ser humano.

Como todos sabemos no fue así, y en cuanto los habitantes con poder adquisitivo lograron satisfacer sus necesidades básicas, se "inventaron" nuevas necesidades, porque el funcionamiento de nuestra sociedad se basa en la "necesidad de consumo".

Y por lo tanto, vemos cada día personas comprando un sin fin de artículos que no son necesarios, pero que brindan ese tan anhelado "subidón" de animo del consumo.

Es una sensación que dura poco, pero a la que todos nos hemos acostumbrado. Cada vez que tenemos un poco de dinero extra (o un poco de crédito extra) vamos a un Mall y compramos cualquier tontería que nos dará felicidad por unos minutos. (Como 30 minutos, luego viene la depresión post-compra, de la que hablaré en otra ocasión).

Entonces, volvamos al Club Penguin... Ya que vamos a consumir indiscriminadamente, ¿Qué es mejor? ¿Comprar objetos que requieren la destrucción del medio ambiente para su fabricación, que necesitan de mano de obra esclava para su producción, la emisión de contaminantes para su transporte y la generación de basura cuando se desechan... o un producto virtual que básicamente no gasta nada (más que un poco de creatividad humana del diseñador que hizo el "disfraz para el avatar"?

Quizás, para todos aquellos que lo tienen todo (como mi sobrino) lo mejor sea comprar "nada", que básicamente es solo comprar la satisfacción temporal del impulso o necesidad de compra.

Nota escrita por mi y publicada originalmente en CUVA.

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